jueves, 25 de septiembre de 2014

¿¿CRIOTERAPIA O TERMOTERAPIA??

¿¿ME APLICO FRIO O CALOR??
Ante una lesión reciente, más o menos grave, donde el dolor se manifiesta, los especialistas se decantan cada vez más por la crioterapia. Esto tiene su explicación, ya que el efecto del hielos es inmediato y supone una solución de lo más rápida posible.

El frío produce vasoconstricción, lo cual reduce el flujo sanguíneo y , por lo tanto la inflamación y también la hemorragia. Actúa también como anestésico, aliviando el dolor y el espasmo muscular.
 
El frío es perfecto para tratar lesiones agudas de partes blandas, puesto que reduce la inflamación, y por lo tanto, la tumefacción, a la vez que produce analgesia debido a su efecto anestésico.

El calor produce vasodilatación, lo cual aumenta el flujo sanguíneo favoreciendo el proceso de cicatrización. Actúa también sobre las fibras de colágeno volviéndolas más flexibles y elásticas.
 
El calor es perfecto para tratar lesiones o síndromes en lo que, tras abandonar la fase aguda, queremos favorecer la cicatrización, e igualmente es perfecto en la prevención de las lesiones, puesto que reduce la rigidez de las articulaciones.

Recordamos que tan importante es la aplicación de crioterapia como de termoterapia, pero cuando el dolor desaparece, olvidamos que esa lesión necesita de una ayuda para quedar totalmente “reparada” y esa ayuda la conseguiríamos con la aplicación localizada de calor ya que conseguimos aumentar el riego sanguíneo y favorecer la cicatrización. Incluso con un buen aporte localizado de calor antes de realizar el ejercicio intenso, quizá hubiéramos evitado la lesión, ya que nuestros músculos, tendones y articulaciones hubieran permanecido más flexibles y con menos probabilidad de sufrir una lesión.

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