martes, 3 de junio de 2014

Dolor de Espalda y Cuello

¿Qué es el dolor en la parte baja de la espalda?
El dolor en la parte baja de la espalda puede ser desde un dolor leve, sordo y molesto, hasta un dolor fuerte y persistente que deja a la persona que lo padece totalmente incapacitada. El dolor en la parte baja de la espalda puede limitar los movimientos e interferir con las funciones normales.
¿Qué es el dolor en el cuello?
El dolor en el cuello es un dolor que se produce en el área de las siete vértebras cervicales de la zona del cuello. Debido a su localización y arco de movilidad, el cuello suele quedar desprotegido y expuesto a sufrir lesiones.
El dolor en la espalda o en el cuello puede ser agudo, o sea aparece de repente y es intenso, o crónico, el cual puede durar varias semanas o meses, o incluso años. El dolor puede ser continuo o intermitente.
¿Cuál es la causa del dolor en la espalda y en el cuello?
La causa exacta del dolor en la espalda o en el cuello se descubre en muy pocas ocasiones, incluso con la tecnología que existe en la actualidad. En la mayor parte de los casos el dolor de espalda o del cuello puede ser un síntoma con diversas causas, que incluyen algunas o todas las que enumeramos a continuación:
·         Uso excesivo, actividad agotadora o uso incorrecto como por ejemplo, levantar objetos muy pesados o de forma repetida.
·         Traumatismos, lesiones o fracturas.
·         Degeneración de las vértebras, a menudo causada por tensión en los músculos y ligamentos que sostienen la columna vertebral o por los efectos del envejecimiento.
·         Infección.
·         Crecimiento anormal, por ejemplo un tumor o un espolón óseo.
·         Obesidad, que a menudo causa exceso de peso sobre la columna vertebral y presión sobre los discos.
·         Falta de tonicidad muscular.
·         Tensión o espasmos musculares.
·         Esguince o torcedura.
·         Desgarros de los músculos o los ligamentos.
·         Problemas en las articulaciones, como por ejemplo la artritis.
·         Fumar.
·         Un disco que se ha salido o herniado (deslizado) y está pinzando un nervio.
·         Osteoporosis y fracturas compresivas.
·         Anomalías congénitas (presentes al nacer) de vértebras y huesos.
¿Cómo puede prevenirse el dolor en la espalda y en el cuello?
Las siguientes recomendaciones pueden ayudar a prevenir el dolor en la espalda y en el cuello:
·         Utilizar técnicas correctas para levantar objetos.
·         Utilizar los teléfonos, las computadoras y otro material de trabajo de forma adecuada.
·         Mantener una postura correcta cuando se esté sentado, de pie o durmiendo.
·         Hacer ejercicio de forma regular (con ejercicios de estiramiento adecuados antes de empezar).
·         Evitar fumar.
·         Mantener un peso saludable.
·         Reducir el estrés emocional, que puede producir tensión muscular.
Rehabilitación para el dolor de la espalda y del cuello:
Un programa de rehabilitación para los dolores de la espalda y del cuello se diseña para atender a las necesidades de cada paciente en particular, dependiendo del tipo y la gravedad del dolor, la enfermedad o la lesión. La participación activa del paciente y su familia son fundamentales para el éxito del programa.
El objetivo de la rehabilitación para el dolor de la espalda o de cuello consiste en ayudar al paciente a recuperar el máximo nivel posible de funcionalidad e independencia y a mejorar su calidad de vida general tanto en el aspecto físico como en los aspectos psicológico y social. La rehabilitación se centra en aliviar el dolor y mejorar la movilidad (el movimiento).
Para poder conseguir dichos objetivos, los programas de rehabilitación para los dolores de la espalda y del cuello pueden incluir lo siguiente:
·         Programas de ejercicios para aumentar el arco de movilidad y la fuerza muscular, mejorar la flexibilidad y la movilidad y aumentar la resistencia.
·         Ayudar a obtener dispositivos de asistencia para promover la independencia.
·         Educación y asesoramiento del paciente y su familia.
·         Técnicas para el control del dolor.
·         Asesoramiento para dejar de fumar.
·         Reentrenamiento de la marcha (la forma de caminar) y el equilibrio.
·         Control del estrés.
·         Consejo dietético.
·         Evaluación ergonómica y programas de prevención de las lesiones relacionadas con el trabajo.
·         Consejo vocacional.
Generalmente, la rehabilitación para el dolor de la espalda y del cuello se realiza en tres fases, que son las siguientes:

Fase I:
Fase aguda
Durante esta fase inicial el fisiatra y el equipo de tratamiento se centran en realizar el diagnóstico, establecer un plan de tratamiento e iniciar el mismo para reducir el dolor y la inflamación. Esto puede incluir algunos de los puntos enumerados anteriormente y se pueden también utilizar ultrasonidos, estimulación eléctrica o inyecciones especiales.
Fase II:
Fase de recuperación
Una vez que el dolor y la inflamación iniciales se han reducido, el equipo de rehabilitación se centra en ayudar al paciente a recuperar la funcionalidad. Esto incluye la vuelta del paciente a sus actividades cotidianas, al tiempo que inicia un programa de ejercicios diseñado para ayudarle a recuperar la fuerza y la flexibilidad.
Fase III:
Fase de mantenimiento
El objetivo de esta fase tiene dos aspectos: enseñar al paciente maneras de prevenir mayores lesiones y tensión sobre la espalda y el cuello y ayudarle a prevenir mayores lesiones mejorando la fuerza y la resistencia.

 ¿El aire frío puede causar dolores musculares?
El dolor muscular es un problema frecuente para muchas personas. Si eres un atleta, un deportista, o simplemente alguien que trata de mejorar su condición física, los dolores musculares y los calambres pueden afectar dramáticamente tu entrenamiento y tu día a día. Muchos de los diferentes cambios climáticos pueden desencadenar o agravar el dolor muscular, como los cambios en el viento, la presión barométrica, la humedad y la precipitación. Otro colaborador frecuente del dolor muscular es la temperatura. El clima más frío puede agravar o provocar la aparición de dolor muscular y articular de varias maneras.


Cómo afecta el aire frío a los músculos y articulaciones

Los meses más fríos en general traen una presión barométrica de aire inferior. El gas se expande cuando se calienta y se contrae cuando se enfría, por lo que la baja temperatura del aire hace que el aire se constriña y provoque una disminución de la presión. La presión de aire más baja puede hacer que el tejido blando alrededor de tus articulaciones se expanda, haciendo vulnerables las articulaciones, lo cual puede causar dolor que se irradia hacia los músculos. Los músculos también se contraen en un clima más frío y son más propensos a los calambres y espasmos que generan dolor, por lo que las sesiones de calentamiento y de estiramiento son tan importantes cuando ejercitas en temperaturas más bajas.

Cómo afecta el aire frío a las condiciones pre existentes
Los que sufren fibromialgia y los pacientes con artritis suelen ser más susceptibles a los efectos del clima frío debido a que las articulaciones y los músculos ya están experimentando el dolor por los cambios de temperatura, y el clima empeora las condiciones y problemas que ya tienen. Dado que los pacientes con artritis ya tienen las articulaciones inflamadas, cuando el tejido blando se expande alrededor de las articulaciones, provoca una mayor presión y dolor que a una persona sana.
Cómo puede afectar indirectamente el aire frío a los músculos y articulaciones
Si bien es un mito que el aire frío causa resfriados y gripe, hay algunas formas indirectas en el que el aire frío puede hacer que seas más propenso a contraer fiebre y dolores musculares. El aire frío puede hacer que las mucosas en tu nariz se espesen y hacer que la piel se seque. A medida que se va secando, es menos eficaz al eliminar el virus y eso te hace más susceptible a la enfermedad. Una vez que te enfermas, el cuerpo eleva su temperatura interna para crear inflamación en esfuerzo de deshacerse del virus en el cuerpo, y la inflamación que es una parte de tu respuesta inmune, da lugar a molestias y dolores musculares. Las personas son generalmente menos activas en un clima más frío y pasan más tiempo en casa con el aire viciado, que puede también tener virus, lo que contribuye a una mayor incidencia de enfermedad, fiebre y dando lugar a dolores musculares.
Prevención
Para prevenir los dolores musculares en un clima más frío, siempre estira y haz una sesión de calentamiento para que tu cuerpo se suelte y esté listo antes de hacer algo extenuante al aire frío. Caliéntate usando varias capas de ropa para tratar de evitar que los músculos se constriñan por el frío, y practica buenos hábitos de salud general para evitar enfermarte.

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