¿Qué es el dolor en la parte baja de la espalda?
El dolor en la
parte baja de la espalda puede ser desde un dolor leve, sordo y molesto, hasta
un dolor fuerte y persistente que deja a la persona que lo padece totalmente incapacitada.
El dolor en la parte baja de la espalda puede limitar los movimientos e
interferir con las funciones normales.
¿Qué es el dolor en el cuello?
El dolor en el
cuello es un dolor que se produce en el área de las siete vértebras cervicales
de la zona del cuello. Debido a su localización y arco de movilidad, el cuello
suele quedar desprotegido y expuesto a sufrir lesiones.
El dolor en la
espalda o en el cuello puede ser agudo, o sea aparece de repente y es intenso,
o crónico, el cual puede durar varias semanas o meses, o incluso años. El dolor
puede ser continuo o intermitente.
¿Cuál es la causa del dolor en la espalda y en el
cuello?
La causa exacta del
dolor en la espalda o en el cuello se descubre en muy pocas ocasiones, incluso
con la tecnología que existe en la actualidad. En la mayor parte de los casos
el dolor de espalda o del cuello puede ser un síntoma con diversas causas, que
incluyen algunas o todas las que enumeramos a continuación:
·
Uso excesivo, actividad agotadora o
uso incorrecto como por ejemplo, levantar objetos muy pesados o de forma
repetida.
·
Traumatismos, lesiones o fracturas.
·
Degeneración de las vértebras, a
menudo causada por tensión en los músculos y ligamentos que sostienen la
columna vertebral o por los efectos del envejecimiento.
·
Infección.
·
Crecimiento anormal, por ejemplo un
tumor o un espolón óseo.
·
Obesidad, que a menudo causa exceso
de peso sobre la columna vertebral y presión sobre los discos.
·
Falta de tonicidad muscular.
·
Tensión o espasmos musculares.
·
Esguince o torcedura.
·
Desgarros de los músculos o los
ligamentos.
·
Problemas en las articulaciones, como
por ejemplo la artritis.
·
Fumar.
·
Un disco que se ha salido o herniado
(deslizado) y está pinzando un nervio.
·
Osteoporosis y fracturas compresivas.
·
Anomalías congénitas (presentes al
nacer) de vértebras y huesos.
¿Cómo puede prevenirse el dolor en la espalda y en
el cuello?
Las siguientes
recomendaciones pueden ayudar a prevenir el dolor en la espalda y en el cuello:
·
Utilizar técnicas correctas para
levantar objetos.
·
Utilizar los teléfonos, las
computadoras y otro material de trabajo de forma adecuada.
·
Mantener una postura correcta cuando
se esté sentado, de pie o durmiendo.
·
Hacer ejercicio de forma regular (con
ejercicios de estiramiento adecuados antes de empezar).
·
Evitar fumar.
·
Mantener un peso saludable.
·
Reducir el estrés emocional, que
puede producir tensión muscular.
Rehabilitación para el dolor de la espalda y del
cuello:
Un programa de
rehabilitación para los dolores de la espalda y del cuello se diseña para
atender a las necesidades de cada paciente en particular, dependiendo del tipo
y la gravedad del dolor, la enfermedad o la lesión. La participación activa del
paciente y su familia son fundamentales para el éxito del programa.
El objetivo de la
rehabilitación para el dolor de la espalda o de cuello consiste en ayudar al
paciente a recuperar el máximo nivel posible de funcionalidad e independencia y
a mejorar su calidad de vida general tanto en el aspecto físico como en los
aspectos psicológico y social. La rehabilitación se centra en aliviar el dolor
y mejorar la movilidad (el movimiento).
Para poder
conseguir dichos objetivos, los programas de rehabilitación para los dolores de
la espalda y del cuello pueden incluir lo siguiente:
·
Programas de ejercicios para aumentar
el arco de movilidad y la fuerza muscular, mejorar la flexibilidad y la
movilidad y aumentar la resistencia.
·
Ayudar a obtener dispositivos de
asistencia para promover la independencia.
·
Educación y asesoramiento del
paciente y su familia.
·
Técnicas para el control del dolor.
·
Asesoramiento para dejar de fumar.
·
Reentrenamiento de la marcha (la
forma de caminar) y el equilibrio.
·
Control del estrés.
·
Consejo dietético.
·
Evaluación ergonómica y programas de
prevención de las lesiones relacionadas con el trabajo.
·
Consejo vocacional.
Generalmente, la
rehabilitación para el dolor de la espalda y del cuello se realiza en tres
fases, que son las siguientes:
Fase I:
Fase aguda |
Durante esta fase inicial el
fisiatra y el equipo de tratamiento se centran en realizar el diagnóstico,
establecer un plan de tratamiento e iniciar el mismo para reducir el dolor y
la inflamación. Esto puede incluir algunos de los puntos enumerados
anteriormente y se pueden también utilizar ultrasonidos, estimulación
eléctrica o inyecciones especiales.
|
Fase II:
Fase de recuperación |
Una vez que el dolor y la
inflamación iniciales se han reducido, el equipo de rehabilitación se centra
en ayudar al paciente a recuperar la funcionalidad. Esto incluye la vuelta
del paciente a sus actividades cotidianas, al tiempo que inicia un programa
de ejercicios diseñado para ayudarle a recuperar la fuerza y la flexibilidad.
|
Fase III:
Fase de mantenimiento |
El objetivo de esta fase tiene dos
aspectos: enseñar al paciente maneras de prevenir mayores lesiones y tensión
sobre la espalda y el cuello y ayudarle a prevenir mayores lesiones mejorando
la fuerza y la resistencia.
|
El
dolor muscular es un problema frecuente para muchas personas. Si eres un
atleta, un deportista, o simplemente alguien que trata de mejorar su condición
física, los dolores musculares y los calambres pueden afectar dramáticamente tu
entrenamiento y tu día a día. Muchos de los diferentes cambios climáticos
pueden desencadenar o agravar el dolor muscular, como los cambios en el viento,
la presión barométrica, la humedad y la precipitación. Otro colaborador
frecuente del dolor muscular es la temperatura. El clima más frío puede agravar
o provocar la aparición de dolor muscular y articular de varias maneras.
Cómo
afecta el aire frío a los músculos y articulaciones
Los meses más fríos en general traen una presión barométrica de aire inferior. El gas se expande cuando se calienta y se contrae cuando se enfría, por lo que la baja temperatura del aire hace que el aire se constriña y provoque una disminución de la presión. La presión de aire más baja puede hacer que el tejido blando alrededor de tus articulaciones se expanda, haciendo vulnerables las articulaciones, lo cual puede causar dolor que se irradia hacia los músculos. Los músculos también se contraen en un clima más frío y son más propensos a los calambres y espasmos que generan dolor, por lo que las sesiones de calentamiento y de estiramiento son tan importantes cuando ejercitas en temperaturas más bajas.
Cómo
afecta el aire frío a las condiciones pre existentes
Los que sufren fibromialgia y los pacientes con
artritis suelen ser más susceptibles a los efectos del clima frío debido a que
las articulaciones y los músculos ya están experimentando el dolor por los
cambios de temperatura, y el clima empeora las condiciones y problemas que ya
tienen. Dado que los pacientes con artritis ya tienen las articulaciones inflamadas,
cuando el tejido blando se expande alrededor de las articulaciones, provoca una
mayor presión y dolor que a una persona sana.
Cómo
puede afectar indirectamente el aire frío a los músculos y articulaciones
Si bien es un mito que el aire frío causa resfriados y
gripe, hay algunas formas indirectas en el que el aire frío puede hacer que
seas más propenso a contraer fiebre y dolores musculares. El aire frío puede
hacer que las mucosas en tu nariz se espesen y hacer que la piel se seque. A
medida que se va secando, es menos eficaz al eliminar el virus y eso te hace
más susceptible a la enfermedad. Una vez que te enfermas, el cuerpo eleva su
temperatura interna para crear inflamación en esfuerzo de deshacerse del virus
en el cuerpo, y la inflamación que es una parte de tu respuesta inmune, da
lugar a molestias y dolores musculares. Las personas son generalmente menos
activas en un clima más frío y pasan más tiempo en casa con el aire viciado,
que puede también tener virus, lo que contribuye a una mayor incidencia de
enfermedad, fiebre y dando lugar a dolores musculares.
Prevención
Para prevenir los dolores musculares en un clima más
frío, siempre estira y haz una sesión de calentamiento para que tu cuerpo se
suelte y esté listo antes de hacer algo extenuante al aire frío. Caliéntate
usando varias capas de ropa para tratar de evitar que los músculos se
constriñan por el frío, y practica buenos hábitos de salud general para evitar
enfermarte.
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